Isabel Zendal, la primera enfermera de la historia
Isabel Zendal fue una enfermera nacida en la localidad de A Coruña un 26 de febrero de 1977. Esta rectora del Orfanato de la Caridad de A Coruña fue la encargada de cuidar a los 22 niños expósito que participaban en la cadena de vacunación cara a las Américas en 1803 con la finalidad de la cura a la viruela no muriera en el trayecto.
De la infancia de Isabel Zendal Gómez se sabe poco. Las investigaciones realizadas desde 1999 nos han ido demostrando la certeza de su apellido y de su nacimiento. Hija de Jacobo Zendal e Ignacia Gómez. Durante la epidemia de viruela de 1786 pierde a su madre y tiene que abandonar una casa familiar con pocos recursos para ponerse a trabajar. El 31 de julio de 1793, nació su hijo Benito Vélez. Por tanto, cuando tiene 30 años sabemos que era rectora de la Casa de Expósitos de la ciudad de La Coruña y que tiene un hijo, que unas fuentes dicen que era natural y otras que era adoptado.
La Expedición necesitaba una mano femenina que inculcara confianza en los niños y les ofreciera el cariño maternal que necesitaban. El 14 de octubre de 1803, mes y medio antes de la partida de la Real Expedición, Francisco Xavier Balmis, su director, la contrata con un sueldo igual al que disfrutaban los varones de su formación y funciones, tres mil reales con destino a su habilitación y un sueldo de quinientos pesos anuales. Fue el último expedicionario que se incorporó al convoy humanitario.
Fue contratada en calidad de enfermera. Los enfermeros no tenían funciones médicas específicas. Se encargarían de cuidar del buen orden de los niños, tanto en tierra como en el mar, además cuidarían de la limpieza y del aseo de los niños y de sus ropas. Evitarían que los niños se extraviasen y procurarían que conservaran el buen orden que se requiere en una expedición de estas características y los asistirían en todo momento con amor y caridad. Los enfermeros siempre estuvieron subordinados a las órdenes del director y tenían que informarle directamente de las incidencias que ocurrieran en la salud de los niños, para que se aplicara el remedio conveniente y no se pusiera en riesgo la cadena profiláctica. Además, la rectora tenía unas funciones privativas y específicas: cuidar, acompañar, entretener y serenar a los niños durante el viaje.
Se desconoce la fecha y el lugar de su muerte.
Hoy en día, la OMS la ha nombrado como la primera enfermera en misión internacional. Luchadora, excepcional y olvidada: esta es la historia de Isabel Zendal, la enfermera de la que todo el mundo habla.
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